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La palabra ansiedad está en nuestras conversaciones cotidianas, más habitualmente de lo que pensamos. La mayoría de las veces para definir cómo nos encontramos ante una situación de estrés. Hoy hablaremos de la: Ansiedad ¿Cómo controlarla?

Dentro del ámbito del entrenamiento, lo más frecuente al hablar de ansiedad, es hacerlo en relación a la ingesta de comida por ansiedad. Ansiedad que nos lleva a tomar ciertos alimentos con el fin de reducir esta sensación.

Conociendo la ansiedad

La ansiedad no es más que un mecanismo que activa nuestro cuerpo, para prepararse frente a algo importante o que nos produce inseguridad, miedo…

Hasta aquí, es una reacción de la que se beneficia nuestro cuerpo, ya que le ayuda a prepararse para hacer frente a ese «evento», el cual debemos ser capaces de afrontar satisfactoriamente.

El problema viene cuando hablamos de trastornos de ansiedad, en este caso, estamos yendo un paso más allá.

Estamos en este punto, cuando el estado de ansiedad ocurre de forma frecuente con situaciones que no deberían originarse habitualmente y que además me impide hacer mis actividades del día a día.

La ansiedad y la comida

De forma cotidiana cuando hablamos de «comer por ansiedad», hacemos referencia a esos momentos en los que nuestro cuerpo nos pide comer, no por apetito, simplemente nuestro cuerpo tiene esa necesidad ansiosa.

En este caso no vamos a hablar de los trastornos por ansiedad, sino únicamente de estos momentos puntuales en los que nos cuesta controlarnos con la ingesta.

Que hacen que se dificulte bajar de peso, ganar músculo, en general conseguir nuestros objetivos a nivel físico-saludables.

Que requieren en la gran mayoría de los casos, cambios en nuestra composición corporal.

¿Cómo controlar estos momentos de ansiedad con la comida?

Recordemos que no hablamos de trastornos de ansiedad, sino de momentos puntuales en los que una situación nos supera en cierta medida y nos resulta complicado controlar este estado de ansiedad.

Cuando estamos en estas situaciones, es importante principalmente ser conscientes de que esto está ocurriendo y que tenemos «un problema» de control de emociones.

Una vez que asumimos que esto nos está ocurriendo, debemos tomar consciencia de ello e intentar reducir este estado de ansiedad lo máximo posible.

¿Cómo puedo hacerlo?

Aquí te dejamos algunos consejos para esos momentos en los que debemos sacar a relucir nuestro autocontrol.

  • Reduce poco a poco las cantidades: cuando comemos por ansiedad, nos damos «»el atracón»» de aquello que más nos gusta. Fracciona ese alimento y toma cada vez un poco menos, así también serás más consciente de cuánto estás tomando.
  • Come más despacio: en ese momento de atracón, la comida nos dura 30 segundos, come más despacio y disfruta de la porción que vas a comer de forma consciente.
  • Fuerza de voluntad: parece algo obvio, pero no es nada fácil. En esos momentos que tengamos la necesidad de comer, intenta ocuparte en otras cosa (caminar, leer, una película, hacer ejercicio…). Los momentos de ansiedad pueden volverse hábitos, por lo que si conseguimos ocupar nuestra mente en esos momentos, será más fácil que no re-aparezcan con tanta frecuencia.
  • No te prohibas: eliminar por completo los alimentos que más te gustan, puede producir un efecto rebote. Es mejor, reducir la cantidad y ser conscientes de cuando puedo o no tomarlos, que sea una decisión voluntaria y consciente, no por emociones (ya sean positivas o negativas)
  • Se agradecido con tu esfuerzo: si consigues reducir ese estado de ansiedad, esa ingesta descontrolada, busca una forma de premiarte. Una hucha de ahorro para viajes, guardar una porción de eso que no te has tomado para otro momento del día donde tengas autocontrol, ir a ver ese espectáculo que llevas tiempo queriendo ir…
  • Aprender sobre autocontrol: realizar actividades de meditación, respiraciones, autocontrol… vienen genial para esos momentos en los que debemos tomar una pausa antes de dejarnos llevar por la ansiedad. Si no conoces ninguna o aun no las dominas, es una buena opción para hacer estos momentos más llevaderos.

Observa tus emociones y tus hábitos y actúa

Tras esos pequeños tips que nos pueden ayudar a controlar los momentos de comida por ansiedad, debemos añadir también otras recomendaciones.

Si a pesar de mi esfuerzo, no soy capaz de evitar los atracones, debo ser sincero conmigo mismo y acudir a especialistas que me ayuden a progresar.

Ya que como hemos comentado, estos sucesos puntuales que no son excesivamente graves, pueden pasar a serlo.

Si no aceptamos que nos está sobrepasando la situación y miramos hacia otro lado.

No debemos ocultarlo como si fuese algo horrible de lo que no se puede hablar, es algo muy común verse sobrepasado por ciertas situaciones. Debemos aceptar lo que nos está ocurriendo y recurrir a expertos para que nos den las herramientas necesarias.