En este artículo hablaremos de cómo elaborar un plan de acción que nos ayude a conseguir todas las metas que nos proponemos en la vida. Hablaremos de los aspectos negativos y positivos cuando nos proponemos alcanzar nuestros objetivos.
Cómo crear un plan de acción para alcanzar tus metas
¿Alguna vez te has dado cuenta de que hay cientos de libros que afirman que saber cómo hacer realidad tus sueños, y de que hay miles de artículos como éste que afirman que hacen realidad tus sueños? Si todos funcionaran, ¿no dirían lo mismo?
Una de las claves del éxito que se cree comúnmente es: necesitamos crear un plan estratégico para hacer realidad nuestros sueños. Tenemos que anotar nuestros objetivos, dividirlos en objetivos más pequeños, anotar cada paso que debemos dar, el tiempo que tardarán. ¿Funciona esta estrategia?
Un plan de acción debe contar con los siguientes elementos:
1 – Un objetivo claramente definido
2 – Una fecha final claramente definida
3 – Un desglose detallado de cada tarea
4 – Una asignación de tiempo
5 – Un horario
6 – Un plan de contingencia
7 – Recursos y necesidades
8 – Una razón para tener éxito
9 – Una representación mental o visual de su éxito
10 – La falta de consecuencias negativas
Vamos a ver cada uno de ellos más despacio.
Un objetivo claramente definido
Un tirador no puede dar en el blanco si no tiene un blanco claramente definido. Necesitas un objetivo si quieres lograr algo.
Igual que un tren necesita un destino, tu sueño necesita un objetivo.
También debe ser un objetivo claramente definido porque eso es lo que marca la diferencia entre un sueño y un objetivo alcanzable. Deja claro lo que quieres en términos concretos.
Una fecha de finalización claramente definida
Tendré X para la fecha X. Un plazo de finalización claramente definide debe ser algo que consideres en tu plan de acción.
Sin embargo, hay ocasiones en las que tu fecha tope se te impone. Un plan sólo puede funcionar si existe un plazo claramente definido. Si te dijeran que definitivamente vas a vivir para siempre al 100%, ¿te sentirías impulsado a lograr algo? ¿Te molestarías en levantarte de la cama por la mañana?
Un desglose detallado de cada tarea
Necesitas detallar cómo piensa completar cada tarea y de dónde obtendrás los recursos.
Descomponer cada tarea le permite mejorar. Te permite repetir tu éxito, examinar tus fracasos y elaborar protocolos para ayudar a asegurar que las tareas futuras se completen.
Una asignación de tiempo
Dentro de tu plan de acción, tendrás que desglosar cada tarea y decidir cuánto tiempo te llevará cada una. Esto ayuda a crear tu horario, plan de contingencia y tu fecha de finalización.
Estimar un tiempo para cada tarea te ayudará también para saber el tiempo que tardarás en cumplir tu objetivo. Además, te servirá para ir comprobando si estas por delante o por detrás del tiempo planificado o si la estimación de tiempo es correcta o no.
Un horario
Una vez sabes cuánto tiempo tardarás en cada tarea, ahora necesitas ponerlas en un horario. También tienes que decidir en qué orden se harán.
Un plan de contingencia
La vida es impredecible, y la única manera en que puedes planear lo inesperado es dándote más espacio para moverte.
Alarga tus estimaciones de tiempo, asigna más recursos de los necesarios y considera todas las alternativas para que no se produzcan fallos. Añade un margen de maniobra como por ejemplo añadir un 15% a todas las predicciones de gastos y reducir todas las predicciones de ingresos en un 20%.
Planifica cómo te recuperarás si no cumples alguna tarea para asegurarte de que no arrastrarán todo el proyecto.
Recursos y necesidades
Debes crear una lista de los recursos que necesitas para saber cómo pretendes obtenerlos y detallar cualquier requisito que necesites. Si no lo haces, es como si no consideraras cuánta gasolina necesitas antes de hacer un viaje en coche.
Una razón para tener éxito
La meta no cuenta como una razón. Por ejemplo, una persona no trabaja duro para comprar una silla de oficina ultra cara sólo porque quiere esa silla. Lo hace porque con su silla actual le duele la espalda o porque quiere una silla que se recline.
Una razón para tener éxito que se extiende más allá de la ganancia material te ayudará a mantener la motivación.
Una representación mental o visual de tu éxito
Una imagen mental de tu meta final, o algo visual o físico que puedas mirar de vez en cuando para recordarte a ti mismo por qué te estás esforzando tanto.
La falta de consecuencias negativas
Los planes viables no tienen consecuencias negativas. El miedo a las consecuencias negativas no es un buen motivador. En su lugar, establece planes de contingencia para que si una idea no funciona, tengas una idea alternativa planeada y lista para hacer.
Aspectos negativos en la elaboración de un plan de acción
La sociedad de hoy en día se caracteriza por quejarse continuamente, hacer una y otra vez lo mismo (lo que los psicólogos determinan resistirse al cambio) y compararse continuamente con los demás. Esto nos repercute en nuestra vida y nos condiciona de forma negativa para alcanzar todo aquello que realmente deseamos.
Cuando nos quejamos dejamos de ser nosotros mismos los responsables de nuestros actos y echamos la culpa a alguien o algo sobre algún aspecto. Optamos por la solución fácil y no por la responsable. La solución pasa por ser consciente de todo aquello que decimos y asumir la responsabilidad de nuestros actos. Si somos capaces de eso, todo irá mucho mejor.
Algunos de nuestros deseos son adelgazar, hacer deporte, tener pareja, encontrar trabajo…, pero si siempre hacemos lo mismo, ¿qué ocurre? Pues que siempre obtendremos los mismos resultados: ninguno. Decía Einstein: “Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Esto es, haz cosas distintas en tu vida y obtén resultados distintos. Parece sencillo, ¿verdad? Pues os sorprendería ver lo que dicen los estudios y es que, la mayoría de las personas, a pesar de estar frustradas con sus vidas, hacen lo mismo cada día. El resultado ya os imagináis cuál es.
Otro aspecto negativo es compararse, para bien o para mal, esto nos quita energía diariamente. Lo importante somos nosotros y si así fuera no estaríamos constantemente mirando a los demás. Pasaríamos de ser el actor secundario, guionista, cámara, figurante…, a ser el DIRECTOR de nuestra vida y a valorarnos y respetarnos sin comparaciones con nadie.
Parece fácil…, pero ser director es tan complicado como gratificante. Con un poco de ganas y un poco de ayuda, nos sorprendería ver como pasamos de 0 a 100 de una manera muy rápida.
Ventajas de elaborar un plan de acción
- Tener el objetivo bien definido: así sabremos hacia donde tenemos que dirigir nuestras acciones diarias.
- Visualizar con detalle todo aquello que deseas: si lo tienes tan claro como lo ves, seguramente hagas todo por ponerte en marcha.
- Tomar acción: parece fácil, pero la mayoría “hablamos mucho pero hacemos poco”, el resultado es que no conseguimos nada sin ACCIÓN.
- Aprende, imita, copia: a gente que le vaya bien en el aspecto que quieres alcanzar, seguramente este hecho se deba a una causa y no al azar (“Va al gimnasio todos los días, por eso, tiene tableta de abdominales” CAUSA-EFECTO).
- Buscar un profesional de aquello que quieres conseguir, seguramente te ayude a resolver y a ponerte en marcha de una manera más rápida y eficiente, como por ejemplo, JG Fitness Coaching, tu entrenador personal en Madrid.
- Agradece y aprende: de todo aquello que pase en tu vida, piensa que todo pasa por algo y cógelo como un aprendizaje más de la vida.
- Tomar consciencia: para ser el director en aquello que deseas, primero sé consciente de todo aquello que piensas, dices y haces porque va a ser aquello que se va expandir en tu vida.
- Premia tus logros: Si tu plan de acción consiste en sacar una carrera universitaria, celebra cada examen que apruebes. Todo es necesario, también esfuérzate para conseguirlo.
- Sé generoso: da y luego recibirás, eso dice el “código del dinero”.
En definitiva, vivimos en la sociedad de la información, de la consciencia, en la que se ha demostrado la unión entre cuerpo y mente, donde uno puede ser aquello que quiera y conseguir aquello que se proponga. Por todo lo dicho, he aquí una gran verdad:
“Los pensamientos forman nuestras palabras,
las palabras forman nuestras acciones,
nuestras acciones nos llevan a formar nuestros hábitos
y estos determinan nuestros destinos”
Por tanto, el potencial de uno mismo reside en que esa persona crea que puede conseguirlo.
“Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no, tienes razón” (Henry Ford)