Cómo cambiar los malos hábitos. 10 trucos que no te puedes perder

Los malos hábitos te impiden alcanzar sus metas, ponen en peligro tu salud, tanto mental como física. Y desperdician tu tiempo y energía.

Entonces, ¿por qué seguimos haciéndolos? Y lo más importante, ¿hay algo que se pueda hacer al respecto?

Todas las personas tenemos hábitos que juegan a nuestro favor y otros que nos perjudican, que son improductivos, pero que los tenemos ahí. Por eso hemos de analizarnos y saber cuáles son y de quién los hemos cogido. Estos pueden venir de nuestra familia, amigos, entorno laboral…, reconocerlos será la clave para poder eliminarlos de nuestra vida diaria.

En este artículo me voy a centrar en contarte cómo cambiar los malos hábitos y sustituirlos buenos. Obviamente no tengo todas las respuestas, pero sigue leyendo y compartiré lo que he aprendido sobre cómo dejar un mal hábito.

cambiar malos habitos

¿Qué causa los malos hábitos?

La mayoría de tus malos hábitos son causados por dos cosas: Estrés y aburrimiento.

La mayoría de las veces, los malos hábitos son simplemente una forma de lidiar con el estrés y el aburrimiento. Todo, desde morderse las uñas hasta gastar demasiado en ir de compras, beber todos los fines de semana o perder el tiempo en Internet, puede ser una respuesta simple al estrés y al aburrimiento.

Pero no tiene por qué ser así. Puedes aprender nuevas y saludables maneras de lidiar con el estrés y el aburrimiento, que luego puedes sustituir por sus malos hábitos.

Por supuesto, a veces el estrés o el aburrimiento en realidad están causados por problemas más graves. Estos temas pueden ser difíciles de considerar, pero si realmente quieres hacer cambios, entonces tienes que ser honesto contigo mismo.

¿Hay ciertas creencias o razones que están detrás de los malos hábitos? ¿Hay algo más profundo (un miedo  o una creencia limitante) que está provocando que te aferres a algo que es malo para ti?

Reconocer las causas de tus malos hábitos es crucial para superarlos.

No se elimina un mal hábito, se reemplaza.

Todos los hábitos que tienes ahora mismo (buenos o malos) están en tu vida por una razón. De alguna manera, estos comportamientos te dan un beneficio, incluso si son malos para ti de otras maneras.

A veces el beneficio es biológico como lo es con el tabaco o las drogas. A veces es emocional como lo es cuando te quedas en una relación que es mala para ti. Y en muchos casos, tu mal hábito es una manera simple de lidiar con el estrés. Por ejemplo, morderse las uñas, tirarse del pelo, dar golpes con el pie o apretar la mandíbula.

Estos “beneficios” o razones se extienden también a los malos hábitos más pequeños.

Debido a que los malos hábitos proporcionan algún tipo de beneficio en tu vida, es muy difícil eliminarlos. Esta es la razón por la que consejos simplistas como “deja de hacerlo” nunca funcionan.

En su lugar, necesitas reemplazar un mal hábito con un nuevo hábito que te proporcione un beneficio similar.

Por ejemplo, si fumas cuando te estresas, entonces es un mal plan “dejar de fumar” cuando suceda esto. En lugar de eso, debes idear una manera diferente de lidiar con el estrés e insertar ese nuevo comportamiento en lugar de fumarte un cigarrillo.

En otras palabras, los malos hábitos abordan ciertas necesidades en tu vida. Y por esa razón, es mejor reemplazar tus malos hábitos con un comportamiento más saludable que satisfaga esa misma necesidad. Si esperas eliminar los malos hábitos sin reemplazarlos, entonces tendrá ciertas necesidades que no serán satisfechas y va a ser difícil mantener una rutina de “no hacerlos” por mucho tiempo.

Cómo dejar los malos hábitos en 10 pasos

Te dejo aquí 10 pasos que te servirán para dejar tus malos hábitos:

#1: Tráelos al mundo consciente: crea un listado de hábitos improductivos que te alejan de tus objetivos. Por ejemplo: “No entrenar, comer mal, no estudiar…”, cada uno los que tenga. Pregúntate: “¿De verdad quieres cambiarlos?

#2: Observa cómo te hablas, analiza si es desde el querer (desde la motivación personal) o desde el tener (como una obligación). Según te hables llegarás o no a tu objetivo, porque todo lo que focalizamos se expande, de ahí la importancia de la palabra en nuestro día a día.

#3: Analiza los beneficios: todos nuestros hábitos improductivos también tienen sus beneficios. Por ejemplo, fumar sería un mal hábito pero crea satisfacción inmediata y proporciona placer a aquellas personas que fuman; comer un dulce pasaría por el mismo proceso. Por ello, analiza tus hábitos improductivos y crea una lista de beneficios. Es mucho mejor que la escribas, así te comprometerás mucho más con tu palabra.

#4: Consecuencias a largo plazo: piensa en todo lo que te ocurrirá si sigues con estos hábitos, que sabes que no te convienen y te van a perjudicar a la largo de tu vida. En el ejemplo anterior, si comes 8 dulces durante cinco años, es normal que nunca estés con tu peso ideal.

#5: Nuevos hábitos vs. hábitos viejos: en este punto piensa y escribe una lista de nuevos hábitos que te van a llevar a conseguir tus objetivos y compárala con tus hábitos viejos. Aquí tienes que tener presente la lista de hábitos que te alejan de conseguir tus objetivos y centrarte en la lista que te va acercar a conseguirlos.

#6: ¿Tu entorno te potencia o te limita?: Observa todo lo que te rodea y las personas con las que vives el día a día. Ellas te van a potenciar o te van a limitar y esto va ser fundamental, porque influirá en como actuemos y en si mejoramos nuestra situación actual o si la empeoramos dejándonos influir por los demás.

#7: Ten presente las expectativas de logro: imagina tu objetivo y piensa si es posible o no. Recuerda que un objetivo tiene que ser medible, específico, tangible y alcanzable. Si somos conscientes de esto, será más fácil saber si podemos o no podemos conseguirlo.

#8: Cuidado con las palabras: las palabras son fundamentales para el cambio de hábitos. No es lo mismo decir “no puedo” que “haré todo lo posible para lograrlo”.

#9: Plan y estrategia: un hábito queda fijado en nuestra mente a través de la repetición y este a través de su realización y acción. Podemos decir que un hábito queda fijado en 30 días, es decir, que no va cambiar de un día para otro, sino una vez realizado durante este periodo de tiempo

#10: Repite y celebra: una vez hayamos obtenido ese nuevo hábito, celébralo, todos los cambios favorables han de celebrarse como se merecen. Piensa que a través de la repetición ha sido posible alcanzar este nuevo hábito.

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