Año nuevo, vida nueva o eso dicen, muchos nos ponemos nuevos propósitos para mejorar nuestra calidad de vida y añadir el entrenamiento a nuestra rutina además de seguir una dieta saludable o al menos intentarlo, es uno de los propósitos más comunes.
El ejercicio regular es un hábito conocido por promover una salud óptima. Puede que sea una actividad que odies o que ames pero es uno de los hábitos más valioso que se pueden tener.
Siendo realistas comenzar una rutina de ejercicios no es lo más difícil, lo complicado viene cuando tenemos que hacerlo de forma constante que al fin y al cabo es la clave del éxito, es decir, convertirlo en un hábito.
En la mayoría de los casos el entusiasmo inicial se diluye y la energía disminuye, casi siempre por que esperamos cambios rápidos y eso hace que tiremos la toalla.
Entonces, ¿Cómo puedo empezar a hacer ejercicio?
Vamos a mostraros 5 hábitos para empezar a hacer ejercicio
- Define claramente con que ejercicio quieres
conseguir tus objetivos.
La palabra hacer ejercicio no es muy definida pues engloba una gran cantidad de actividades y deportes. Por ello lo principal es que definas que quieres hacer exactamente.
- Empieza con un ejercicio fácil.
Debemos ser realistas y empezar con lo que podamos hacer y ser realistas. Sirve de poco proponer una meta ambiciosa y renunciar al poco tiempo. Ya que cada fracaso debilita la autoestima
- Elige una actividad que ya sea un hábito como
recordatorio.
Pensareis que poner un recordatorio no será necesario, jamás olvidaras hacer esa meta a corto plazo que te propusiste, pero te equivocas.
Al fin y al cabo la función del recordatorio no es solo para no olvidar sino también para un fuerte motivador, ya que genera una cierta presión psicológica, y es clave para formar el habito.
- Encuentra una recompensa saludable.
Aunque realmente el ejercicio tiene por sí mismo una recompensa, si logras elegir una recompensa a tu esfuerzo que está alineada con tus objetivos, será una motivación para lograr formar el hábito.
- Lleva un registro diario de tus avances.
Para no exagerar y ver objetivamente el progreso que has logrado, tienes que registrarlo. Esto a la vez se convierte en un fuerte motivador.